La gente se siente más próxima a las empresas y ONG que les piden consejo. Porque el consejo crea un vínculo de familiaridad entre el consumidor y la organización, que facilita que el primero compre o haga una donación.
Pero atención, la gente sabe cuando una empresa es sincera y cuando no lo es.
La gente detecta cuando pides consejo simplemente para venderles algo.
Y entonces te da la espalda.
Así lo ha comprobado una investigación publicada en The Journal of Consumer Research.
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