Agencias de seguridad de los Estados Unidos han tenido acceso a los datos de millones de personas, incluyendo a una enorme cantidad de españoles, almacenados en los servidores de algunas de las principales empresas de Internet. Ante acciones como estas los ciudadanos estamos indefensos y la ley española de protección de datos parece inútil. Sin embargo, las empresas españolas están obligadas a cumplirla, afrontando grandes costes y la amenaza de importantes multas.
Gracias a dos prestigiosos periódicos, The Guardian y The Washington Post, nos hemos enterado que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el FBI han accedido a los servidores de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Skype, YouTube y Apple, entre otras empresas, lo que les ha permitido conseguir datos de sus usuarios que les permiten analizar y controlar sus movimientos y contactos.
La mayoría de estas empresas han negado haber dado acceso a sus servidores, pero la sombra de la duda es muy alargada.
Hechos como este no son una novedad. Hace tiempo se habla de la actividad de Echelon, considerada la mayor red de espionaje y análisis de la historia, que interceptaría más de tres mil millones de comunicaciones cada día.
Ante actividades como estas, los ciudadanos y las empresas estamos indefensos y parece que no hay ley que nos proteja.
Para defendernos necesitaríamos normas internacionales, pero solo tenemos una Ley Orgánica de Protección de Datos que ocasiona grandes gastos a las empresas y pocos beneficios a los ciudadanos.
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