Los miles y miles de kilómetros de cables que se extienden por mares y montañas; las enormes redes inalámbricas que van desde el espacio hasta el último rincón de tu hogar; los ordenadores, tablets y teléfonos de última generación; todas estas maravillas técnicas de poco servirían si no estuvieran al servicio de una antigua herramienta de comunicación masiva.
Una herramienta que ya usaban nuestros padres y nuestros abuelos.
Y los abuelos de nuestros abuelos.
Esa herramienta que les permitía contar historias al amor de la lumbre y que hoy nos ayuda a conocer el mundo a través de una pantalla es la palabra.
Porque las palabras son las que atraerán visitantes a tu web y los convertirán -o no- en clientes.
Por eso, de poco te servirá que tu web tenga el mejor diseño y la más avanzada tecnología si no no tiene las palabras que expliquen claramente qué ofreces y por qué merece la pena que tus visitantes se rasquen el bolsillo y lo compren.
Además, esas mismas palabras serán las que lean los robots de Google y otros buscadores para asignarte un lugar en sus resultados de búsqueda.
Por eso, las palabras son la clave del éxito en Internet.
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