Hace diez años, este producto no podría haber existido, pero hoy Al Nassma puede fabricar sus chocolates con leche de camella, miel de Hungría y vainilla de Madagascar en Dubai y enviarlo a cualquier mercado del mundo en 48 horas.
De hecho, ya se vende en Japón y Estados Unidos.
Los sistemas logísticos actuales permiten que una pequeña empresa árabe produzca un chocolate diferente e innovador y que lo comercialice en algunos de los mercados más importantes del mundo, venciendo obstáculos que hasta muy poco parecían insuperables.
Si todavía crees que distribuir tu producto es complicado, piensa lo que debe ser sacar de la fábrica y exponer el chocolate recién hecho a los 50 grados del desierto.
Vía BBC
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