En Internet todo cambia constantemente, haciendo que lo que es vanguardia hoy, mañana o pasado sea una antigüedad.
Si hace unos años el RSS era una innovación que te permitía ahorrar tiempo, ahora parece que Google quiere enterrar esta tecnología cerrando su servicio Google Reader.
Si hace tiempo era imprescindible estar en Facebook, ahora vemos que la tendencia se ha ido invirtiendo y algunas grandes empresas y muchas personas han abandonado esta red social.
Y llegamos hasta lo que hasta hace poco parecía impensable: los jóvenes la encuentran aburrida.
Incluso ya hay quien invita a hacer historia abandonando Twitter.
¿Qué hacer?
En un medio tan cambiante es muy difícil saber qué hacer, pero quizá nos ayude recordar aquella anécdota atribuida al patriarca de los Kennedy, quien después de escuchar las recomendaciones que para invertir en la Bolsa le daba su limpiabotas, comprendió que era hora de vender.
Y aunque en la red, la mayoría de las veces no se trate de vender, cuando todo el mundo, sobre todo los menos relacionados con el medio, recomiendan algo, es que ha pasado su mejor momento.
Vale, esa regla me sirve para distinguir que una tendencia o un servicio puede haber comenzado su curva descendente, pero, ¿cómo descubrir hacia dónde dirigir mis esfuerzos con antelación? Sobre todo, antes que mi competencia.
El derecho a la autodeterminación
No hay fórmulas milagrosas y todos nos equivocamos, pero los que vivimos de Internet dedicamos mucho tiempo a informarnos, a navegar, a probar nuevos productos y servicios antes de decidir nuestras apuestas.
Algo, muy difícil de hacer si tienes que atender a otro negocio.
Por eso, lo mejor que puedes hacer es olvidarte de tus negocios y dedicarte por completo a Internet o… dejarte asesorar.
Por cierto, alguien, que hasta que explotó la burbuja se dedicaba a la construcción, acaba de darme algunos consejos sobre redes sociales.
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