Hay servicios que lo mejor es que no se noten porque eso significa que funcionan perfectamente. El alojamiento web es uno de ellos.
A mí un buen alojamiento web me recuerda a un buen servicio en un restaurante: te proporciona todo lo que necesitas para disfrutar de la comida y la compañía sin hacerse notar.
Pero si un camarero incompetente puede arruinarte la comida, un alojamiento web que falla, puede hacerte perder oportunidades de negocio y jornadas de trabajo.
Porque aunque tengas una maravillosa tienda online o un gran sitio web, si el servidor se cae, es como si no existiera.
¿Te gusta este artículo?
Entonces suscríbete a nuestro boletín y recibirás gratis información premium para tu negocio y ofertas exclusivas.