Si quieres que te lean, tienes que escribir un tÃtulo que atraiga, que enganche. Para eso están los tÃtulos.
Pasión por los tÃtulos
Recuerdo muchas, muchÃsimas reuniones de redacción cuyo único objeto era titular los artÃculos de una revista.
También largas conversaciones y encendidas discusiones en torno a los titulares.
O fórmulas que siempre funcionan, como los muertos por delante o usa palabras cortas, de no más de dos sÃlabas y si son más cortas, mejor.
Haz como Hemingway, decÃan los más veteranos, que para ganar una apuesta escribió un tÃtulo de seis palabras de tres letras, The old man and the sea y ganó un Pulitzer y un Nobel.
Claro, siempre respondÃa alguno, pero en español es más difÃcil porque aunque  The old man and the sea signifique El viejo y el mar, ¡fÃjate si hay diferencia!
Y sentÃamos envidia, porque nos parecÃa que titular en inglés era mucho más fácil que hacerlo en español.
Y más envidia todavÃa de aquellos mÃticos profesionales ingleses cuyo único trabajo era titular. ¡Y ganaban un dineral!
¿Casa?
Sin embargo, esta pasión por los tÃtulos no se trasladó a Internet.
Hay que escribir para los buscadores, para que la gente te encuentre, es la consigna. Por eso los tÃtulos deben ser descriptivos, opinan muchos.
Pero para otros la cosa fue mucho más allá todavÃa. Tanto, que jamás pensaron en los tÃtulos.
Asà la red se llenó de páginas cuyos responsables jamás se plantearon siquiera que tuvieran que tener un tÃtulo.
Pero lo tienen, aunque ellos no se den cuenta.
Son tÃtulos como Inicio, Index, Home e incluso, cosas de la traducción automática, he visto alguna titulada Casa.
SÃ, son tÃtulos porque las páginas se titulan asÃ, pero no atraen a nadie.
Ni a las personas ni a los buscadores.
Por eso, Inicio, Index o Home no son tÃtulos.
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