En medio de esta terrible crisis en la que los propios gobiernos parecen no saber qué hacer, y los bancos sólo te prestan dinero para comprar a Cristiano Ronaldo, es reconfortante ver que hay gente que trata de sacar su pyme adelante usando el ingenio y la imaginación.
¡A Dios pongo por testigo de que nunca más volveré a pasar hambre!
Decía Scarlet O’Hara en Lo que el viento se llevó. De ahí le viene el nombre a un restaurante de Valladolid, que desde ayer ofrece su menú del día por la voluntad. Una iniciativa que ya ha demostrado su éxito en otros lugares del mundo.
Y Valladolid no fue la excepción. A Dios pongo por testigo recibió el primer día de su menú por la voluntad a 70 comensales. La mayoría pagó diez euros por un menú compuesto por tres primeros y tres segundos, agua, vino o refresco, pan y postre.
Además, con esta iniciativa A Dios pongo por testigo consiguió aparecer en distintos medios de comunicación: El Mundo, Europa Press, Norte de Castilla y La Razón; en España y El Universal, en México. A los que seguramente le seguirán otros.
Todo un éxito para el emprendedor inmigrante argentino, Santiago Gómez Bastitini, dueño de A Dios pongo por testigo.
La pena es que la web del restaurante no refleje esta oferta.
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