Si las telecomunicaciones son desde hace tiempo fundamentales para la economía, ahora en tiempos de crisis cobran mayor protagonismo.
Porque Internet puede ser la tabla de salvación para miles de empresas.
Pero para que lo sea, las empresas tienen que cambiar su manera de hacer negocios y hacer grandes esfuerzos para que su presencia en Internet sea rentable.
Sin embargo, hay cosas que no dependen de esas empresas -como el acceso a Internet o las tarifas de banda ancha- y que condicionan el comercio electrónico.
Y sucede que en España las tarifas de teléfono móvil y de acceso a Internet son mucho más caras que la media europea.
La luxemburguesa Viviane Reding, comisaria europea de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación lo explica muy claramente:
En todos los otros países, buenos, malos o regulares, la penetración sube y los precios bajan. Pero la impresión es que en España el movimiento va en el sentido contrario: la penetración baja y los precios suben.
Ante estos datos las empresas de telefonía y la administración arremeten contra la comisaria y la acusan de antiespañolismo.
Supongo que en este antiespañolismo nos incluyen a todos los que pensamos como Viviane Reding, a los que trabajamos cada día construyendo la sociedad de la información, a los que pagamos sus tarifas abusivas, a los que padecemos su pésimo servicio.
Fuentes: El País y El Economista. Foto: The Library of Congress.
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