Cuando Internet provoca pesadillas

Entrada a Piscinas Gonzomar

¡Cómo si fuera poco con que te nombren Presidente de la comunidad y va y se estropea la piscina! Y no es poca cosa, parece que el vaso está roto. ¡Vamos, que vamos a tener que construirla casi desde cero! Al menos en la reunión se decidió que vamos a tratar de tenerla lista para finales de primavera y además con un sistema de purificación sin contaminantes. Ahora me toca buscar empresas que nos resuelvan el problema.

Encontré varias, así que voy a visitarlas para informarme.

La primera se llama Gonzomar. Me costó encontrarla, pero aquí estoy. ¿De dónde vendrá esa música? Parece Pink Floyd y me va a dejar sordo. En fin, esperaba ver una exposición de piscinas o al menos escaparates con fotos y productos, pero me encuentro con una pared pintada de azul. Pone Gonzomar y tiene varias puertas pequeñas con banderas.

Elijo la puerta con la bandera española y al entrar compruebo que la música sigue sonando a toda pastilla. Me está agobiando.

Estoy en una sala vacía. En uno de los muros comienza una proyección. Piscinas Gonzomar, la mar en casa, se lee sobre una imagen de una playa. Y mientras tanto, venga rock. ¿No habrá manera de quitarlo? Miro a mi alrededor, busco por todos lados y al fin encuentro una llave y ¡uf, alivio y silencio!

La proyección sigue: aparece una mujer en bañador acompañada por un texto, Su satisfacción es nuestro objetivo. Negro. Unos niños. Seguridad y sanidad. Una flecha en una diana. Miro el reloj, la proyección sigue y yo pienso en la piscina, en mi trabajo, en que me toca recoger a los niños…

Por fin acaba la proyección y aparece un señor. Bienvenido a Gonzomar, me dice con una sonrisa.

Bueeeenas, respondo, verá tenemos un problema con la pisc…

Me interrumpe. Nuestra empresa fue creada en el año…

Intento hablar, disculpe pero nuestra piscina…

El hombre sigue con su discurso sin inmutarse, así que me digo que ya que estoy aquí será mejor esperar a que termine para ver si pueden hacernos el trabajo. Va salir por un pico, me digo, así que mejor esperar a ver si nos pueden hacer una buena oferta…

Parece que ha terminado. ¿Quiere conocer a nuestro equipo?, dice.

No sé qué habré hecho, pero parece que entendió que sí. Coge un teléfono y dice, Paquita, por favor, que venga el equipo.

Aparecen varias personas. Miro a un hombre, me sonríe y dice Soy Ramiro y me ocupo… Miro para otro lado y me topo con otro que sonríe y me dice Soy Paco y mi traba…Vuelvo a mirar al que me recibió y le digo, Mire usted necesito resolver…

¿Quiere conocer nuestros datos fiscales?

Lo miro desesperado. Verá, intento decir.

¿Quiere conocer nuestra misión y visión? ¿Quiere conocer qué hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Para quién lo hacemos?

Yo solo quiere ver si me pueden hacer un trabajo, balbuceo.

¡Ah! responde, solo tiene que rellenar un formulario para que lo podamos atender mejor. ¿Nombre y apellidos?

Carlos García García, respondo resignado.

¿DNI?

Siento una sensación de asfixia, el sudor me empapa el pelo y llega a la cara.

Me sobresalto.

Me despierto.

¡Ufffff, por suerte era una pesadilla!

Bajo la ducha empiezo a situarme y comprendo lo que pasó: en mi sueño vivía en persona lo mismo que me había ocurrido en Internet al visitar los sitios web de varias empresas.

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