Debido a la crisis y al deseo de disfrutar de comida sana y de calidad, son muchas las personas en los países más ricos que han comenzado a producir sus propios alimentos hasta en pleno centro de las grandes ciudades. Este fenómeno puede ser una amenaza para algunas empresas, pero también ofrece oportunidades de negocio a otras.
En Gran Bretaña, donde buena parte de la población cuenta con casas que disponen de jardines y otros espacios exteriores, nada menos que 700.000 personas han decidido criar sus propias gallinas, asegurándose así la producción de huevos de calidad a buenos precios.
Esta gente ya no compra huevos o compra menos de lo que solía, pero tiene nuevas necesidades que los propios supermercados han sabido satisfacer: Tesco, una de las principales cadenas del país, ha experimentado un aumento del 180% en las ventas de alimentos para gallinas en los últimos tres años.
También en los Estados Unidos cada vez hay más gallineros y sus propietarios necesitan información para crearlos y mantenerlos, para eso cuentan con publicaciones como Chickens -Pollos-, Backyard Poultry -Aves del patio trasero- o Keeping Chickens Newsletter -Boletín para criar pollos-.
En algunas ciudades estadounidenses el auge de los huertos urbanos es tal, que ha motivado un cambio en la legislación que ahora permite la transformación de jardines en huertos urbanos y la venta de sus productos, como ha ocurrido en San Francisco.
Para crear estos nuevos huertos, la gente recurre a Google Earth para ubicar los terrenos necesarios, realiza cursos de permacultura y compra revistas como Urban Farms.
También en España, vivimos un gran crecimiento de los huertos urbanos y ya hay gente que ofrece su diseño y planificación, mientras que otros venden semillas, instalaciones y herramientas para los cultivos y nosotros creamos una web para compartir experiencias, llamada Todo Huertos.
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