Echamos de menos a Steve Jobs

Desde que anoche nos enteramos de la muerte de Steve Jobs, tenemos un sentimiento difícil de explicar, algo que nunca antes habíamos sentido. Porque para nosotros Jobs no solo era el genio de los negocios, la comunicación o la informática. Para nosotros era el hombre responsable de la creación de unas máquinas con las que llevamos muchos años trabajando.

Miles y miles de horas resolviendo problemas, disfrutando y renengando con unos ordenadores diferentes, rápidos, eficaces, bonitos, pensados hasta en el más mínimo detalle forjaron nuestra relación con Jobs.

Nos ganamos la vida con los ordenadores de Apple y nos sentimos orgullosos por usar unas máquinas diferentes, que nos ahorran problemas y horas de trabajo, aunque nos cuesten más que cualquier otro ordenador.

Y solo pensar que en el futuro los ordenadores de Mac no sean tan diferentes, hace que ya comencemos a echar de menos a Steve Jobs, que recordemos que era demasiado joven para morir, que tenía todavía mucho para ofrecernos y muchas sorpresas para darnos.

Lo recordamos, una vez más, con el famoso discurso que pronunciara al recibir su doctorado honoris causa en la Universidad de Stanford.

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5 comentarios en «Echamos de menos a Steve Jobs»

  1. No es casualidad que, tanto en mi trabajo, como en mi ocio estén presentes multitud de productos de esta empresa singular. No es casualidad que, por ejemplo, esté escribiendo este comentario desde un iPad 2. La razón es muy simple. La genialidad de Jobs ha puesto a mi alcance, a nuestro alcance, productos extraordinarios que están a años luz de los productos de la competencia. Estos productos no sólo facilitan nuestro trabajo, sino que además nos proporcionan múltiples satisfacciones. Apple proporciona un valor añadido único. Siento profundamente el fallecimiento de este hombre. No sólo porque su muerte sea una nueva derrota, un nuevo varapalo que el cáncer le ha dado a los seres humanos, sino porque con su muerte se marcha el artífice de la magia de la empresa de la manzana.

  2. Hola Detective:
    Te respondo desde mi portátil Mac, pero creo que no debemos olvidar que Jobs creo un sistema cerrado, muy beneficioso para él, pero no tanto para nosotros.

  3. Hola Jorge

    Los sistemas operativos abiertos -como todo en la vida- tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Si los inconvenientes superan a las ventajas, o tienen más peso específico que éstas últimas, estos sistemas abiertos tendrán un éxito relativo.

    Hablemos del sistema operativo open source LINUX. Primer inconveniente que le veo, si lo comparo con Mac OS: escasa productividad. Si bien es cierto que tiene miles de aplicaciones gratuitas, no cambiaría todas ellas por los cuatro programas que utilizo en Mac OS y que me resultan imprescindibles. Uno de ellos es iMovie. Con esta aplicación editamos los vídeos de nuestras investigaciones. Te puedo decir que he utilizado unos cuantos programas de edición de vídeo profesional en linux y que ninguno, ni todos ellos juntos, llegan a la potencia, versatilidad, usabilidad, estabilidad, etc. que tiene iMovie. Es más, ni en windows hay una aplicación que vaya más fluida que iMovie: Pinnacle studio con nuestros vídeos en HD «se queda más colgado que una percha».

    El segundo inconveniente que le veo a los sistemas operativos abiertos: suelen estar orientados a ingenieros informáticos, de telecomunicaciones o astrofísicos. Es decir, alguien con conocimientos informáticos de «a pie», NO puede instalar, configurar y mantener este sistema operativo SIN AYUDA. A mis familiares, si no se quieren comprar un iMac, les recomiendo Linux -la distribución Ubuntu, más concretamente- así reutilizan su PC con sus sistema operativo estable, robusto y seguro. Eso sí, soy yo quien les tiene que instalar y configurar el SO. Y como tengan un problema… también tienen que llamar al ingeniero.

    Conclusión: un sistema operativo «cerrado» es como un Club Social exclusivo. Hay otras opciones, pero no siempre son tan buenas como ésta.

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