Ofrecer un aspecto más fresco y actual y nuevas funcionalidades son algunas de las razones para renovar tu web. Una tarea compleja que, como todo en los negocios, tiene sus riesgos. Para minimizarlos ten en cuenta estos factores:
- Objetivos claros y realistas: saber dónde te encuentras y hacia adónde vas es básico porque los objetivos determinarán el diseño, el contenido y las funcionalidades de tu sitio web.
- Estudio de la competencia: analiza las webs de la competencia pero no copies a la que consideres mejor. ¡Crea la mejor! ¡Diferénciate!
- Beneficios: ponte en el lugar de tu cliente, determina lo que necesita o quiere -aunque él no lo sepa- y ofréceselo. Más que hablar de ti, de tu empresa, de las bondades de tu equipo, demuéstrale a la gente cómo puedes solucionar sus problemas.
- Diseño web responsive: cada vez más gente emplea móviles y tablets para navegar por Internet, por eso necesitas un diseño web resposive que facilite la correcta visualización y navegación con todo tipo de dispositivos móviles con una sola web.
- Velocidad: tu sitio debe ser rápido o los visitantes se marcharán antes de que acabe de cargar y los buscadores te castigarán.
Y para evaluar los resultados, recuerda que por muy bonita que sea tu nueva web, lo importante es que venda más que la anterior.
Pero no esperes que lo haga de un día para otro, dale tiempo.
Imagen: Meet the Chumbeques/Creative Commons.
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