WordPress: 6 diferencias invisibles entre las webs de tu cuñado y las buenas

Cuñado

Definitivamente no todas las webs hechas con WordPress, el gestor de contenidos más popular del mundo, son iguales. Basta echarles un vistazo para comprobarlo.

Sin embargo, hay un montón de aspectos que no se ven y hacen una enorme diferencia. Son características invisibles que diferencian a una web hecha por buenos profesionales de las que hacen los aficionados. Esas que llamamos webs del cuñado, aunque podrían haber sido hechas por un primo, un hermano, un colega o sencillamente por un mal profesional.

Te recuerdo que no tengo nada contra los cuñados y que incluso puede que el tuyo sea un excelente profesional de la web, en cuyo caso no merece ser incluido en este artículo, y si se siente aludido, por favor dile que no era mi intención meterme con él.

Pero dejémonos de disculpas y vayamos al lío.

¿Cuáles son las diferencias invisibles entre las webs de tu cuñado y las buenas?

  1. Seguridad: los buenos profesionales tienen muy en cuenta la seguridad, por eso eligen componentes –como plantillas y plugins– de confianza. Si la mejor opción es de pago, se rascan el bolsillo. Y si tienen que hacer pruebas con distintos componentes, las hacen. El cuñado lanzado y dispuesto a ahorrarse unos euros puede caer en la tentación de usar versiones piratas, sin saber que suelen venir con un regalito indeseado, como un virus o un script que haga que la web deje de funcionar. También hay aficionados que, con muy buena intención y pocos conocimientos, usan una plantilla que contiene un plugin no actualizado y con un bonito agujero de seguridad que lo hace vulnerable a los ataques y por el que se acaban colando los delincuentes para hacer lo que les parezca con la web, como publicar publicidad –por ejemplo de tu competencia–o cualquier otra cosa, acceder a datos o a correos.
  2. Independencia: una de las grandes ventajas de usar WordPress es que eres dueño y señor de tu web y que puedes cambiar su aspecto, manteniendo los contenidos, de manera fácil y económica… siempre y cuando no uses determinadas plantillas. Plantillas que pueden tentar al cuñado porque permiten construir webs muy molonas y vistosas muy fácilmente y sin conocimientos, pero…a cambio te quitan tu independencia. Porque siempre tendrás que usar la misma plantilla, porque si la reemplazas por otra desaparecerán automáticamente ciertas cosas, como galerías o testimonios de clientes, o peor todavía, puedes encontrarte que todos tus textos y otros contenidos aparezcan nadando en una sopa de código de la que no hay manera de rescatarlos.
  3. Velocidad: el cuñado te dice, te voy a meter una plantilla con la que vas a poder tener de todo: efectos cojonudos, tablas de precios, esos contadores súper chulos donde vas a meter hasta cuantos cafés te tomaste desde que empezaste a trabajar. ¡Todo, tío! El problema es que al final no necesitas todas estas funcionalidades, pero incluso las que no usas siguen allí haciendo que tu página vaya leeeenta. Y eso para no hablar del peso, tamaño o resolución de las imágenes porque el cuñado suele decir, tú tranquilo no te preocupes de esas tonterías. El buen profesional no las considera tonterías y sí se preocupa por optimizar las imágenes para que se vean de la mejor manera posible sin penalizar la velocidad de la web. Y que decir del alojamiento o hosting. El cuñado se inclina por la oferta más barata. El buen profesional, en cambio se decanta por la mejor, porque sabe que ahorrar en el alojamiento es como ahorrar en el chocolate para el loro, ya que se trata de un gasto mínimo y optar por lo más barato acaba notándose en la velocidad, la seguridad y también en el tiempo que la web estará offline, vamos que nadie podrá visitarla.
  4. SEO: la optimización para buscadores es para el buen profesional un proceso continuo que comienza antes de crear la web y nunca se acaba. El cuñado, si se acuerda del SEO, es al terminar la web, pero no suele contemplar aspectos tan importantes como los títulos, URL, descripción, robots.txt, textos alternativos para las imágenes, etc.
  5. Formación y soporte: tú dime lo que quieras y yo ya te lo meto. Y si necesitas algo, me avisas, suele decir el cuñado. Los buenos profesionales, en cambio, incluyen en sus servicios un programa de formación para que aprendas a usar correctamente tu web y además ofrecen un servicio de soporte que te da seguridad y tranquilidad, porque sabes que siempre cuentas con su apoyo no solo para evitar y solucionar problemas, sino para mejorar constantemente la experiencia de tus usuarios. (Gracias por tu valiosa sugerencia Darío Ferrer)
  6. Mantenimiento y garantía: el buen profesional garantiza su trabajo y suele explicarte que tu web, igual que tu coche, necesita un mantenimiento preventivo para funcionar correctamente y también para protegerla de intrusos que pueden provocar verdaderos desastres. El cuñado, en el mejor de los casos, activa las actualizaciones automáticas y se desentiende de los problemas que esto pueda ocasionar. Y cuando ocurre una catástrofe te pregunta: ¿qué has hecho?

Cómo ves, merece la pena trabajar con profesionales, así que no lo dudes

Foto: Ryan McGuire/Creative Commons.

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