Los anuncios que ofrecen emociones positivas, como la felicidad, no siempre son la mejor forma de llegar a los consumidores.
Loraine Lau-Gesk, de la Universidad de California y Joan Meyers-Levy, de la Universidad de Minnesota, investigaron las actitudes de los consumidores hacia los anuncios emocionales. AsÃ, descubrieron que las respuestas de la gente se veÃan influÃdas por la atención que le podÃan dedicar, pero también por la maquetación del anuncio.
Aunque en algunas circunstancias, los consumidores pueden responder más favorablemente a los anuncios que ofrecen emociones positivas en lugar de negativas, esto no siempre es asÃ, explican los autores.
En realidad, que los consumidores respondan favorablemente o no, depende de los recursos mentales que dediquen al anuncio. Cuando los consumidores están interesados en un anuncio, están en mejores condiciones mentales para pensar en ello, los autores explican.
Por lo tanto la publicidad dirigida a los consumidores interesados puede recurrir a las emociones más complicadas, tales como la nostalgia, la ansiedad y la culpabilidad.
Sin embargo, los consumidores desinteresados responden a mensajes menos complejos. Cuando los destinatarios de un anuncio no están interesados en el tema, le dedican menos recursos mentales y responden positivamente a las emociones positivas.
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