La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acaba de publicar información sobre el acceso a Internet y no hay sorpresas: en España seguimos pagando muy caro un pésimo servicio.
España se sitúa siempre y en todas las categorías entre los diez países más caros en el acceso a Internet.
Y no precisamente porque nos ofrezcan un servicio dotado de tecnología de vanguardia, sino todo lo contrario. Aquí el acceso por fibra óptica es casi testimonial, mientras que en Japón o Corea es la norma.
Así que no es de extrañar que la penetración de Internet en España se sitúe por debajo de la media de la OCDE.
La responsabilidad de tan terrible panorama es de un gobierno que no comprende que Internet es un factor de desarrollo, sino que lo ve como su enemigo.
Así, mientras Australia invierte para conseguir que el 90% de su enorme territorio tenga acceso a 100 megas, en los últimos meses he podido comprobar como las administraciones españolas invertían nuestro dinero en reemplazar viejos bordillos por otros nuevos. Supongo que eso es lo que entienden por invertir en el futuro.
Fuente: OCDE.
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