Estos días la contaminación está en boca de todos, pero va más allá y llega a nuestros pulmones, dificulta la respiración y nos hace daño. Por eso, cada vez más gente usa mascarillas para protegerse.
Así vender un artículo raro, la mascarilla, que hasta hace poco solo veíamos en reportajes sobre Japón, se está convirtiendo en un buen negocio.
Pero este aire sucio y denso contiene algo más que emisiones de motores diesel, contiene polen.
Gran cantidad de polen de ciprés de Arizona, una planta que forma los setos de muchos jardines y es temida por miles de alérgicos.
Y cuando el polen se combina con las emisiones de los motores diesel forma un cóctel explosivo que hace que cada vez haya más personas alérgicas y que sus reacciones sean cada vez peores.
Por eso, los expertos proponen que las zonas verdes se diseñen pensando en los alérgicos, evitando las plantas ornamentales que provocan reacciones alérgicas.
Y así surgen nuevas oportunidades de negocios: diseñando, creando y manteniendo jardines que no provoquen alergias.
En Inglaterra ya se ha premiado un jardín para alérgicos en en el Chelsea Flower Show, una feria dedicada a la jardinería que se celebra en Londres.
Foto Pamp/Creative Commons.
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