¿Quién se atreve a cerrar su tienda on line el día de más ventas de todo el año para animar a sus clientes a disfrutar de un rato en familia?
Solo Holstee, un sitio de Internet que vende productos diseñados con conciencia y destina el 10% de sus ingresos brutos a ayudar a artesanos de los países en desarrollo.
Y gana dinero.
Un negocio diferente
Cerrar durante el Blackfriday, no fue una aislada y audaz acción de marketing de Holstee, sino parte de la forma de ser de un negocio diferente que pide a la gente que antes de comprarle algo piense si realmente lo necesita.
De un negocio que lo que pierde en ventas lo gana en valor de marca.
De un negocio que consigue crear profundos lazos con sus clientes gracias a la emoción.
Uno de sus socios fundadores, Fabian Pfortmüller lo explica así:
Creemos que la gente está hambrienta por saber: ¿de dónde viene este producto? ¿Dónde está hecho? ¿Por qué es importante para mí comprarlo?
Diseño con conciencia
Holstee empezó hace más de dos años vendiendo unas camisetas con un bolsillo especial para llevar el teléfono móvil. Su siguiente gran éxito fue un billetero minimalista hecho con bolsas de plástico recogidas en las calles de Delhi, en la India.
Luego fue ampliando su oferta con productos propios y de otros, pero siempre con sentido ecológico y de responsabilidad social, como gorros de lana de alpaca hechos a mano por mujeres peruanas, fundas para ordenadores portátiles hechas con cámaras de neumáticos o tarjetas de felicitación impresas con viejas máquinas sobre papel fabricado con papel reciclado y … caca de elefante.
La historia
Escribimos un manifiesto pero nunca diseñamos un plan de negocio, explican los fundadores de Holstee, Mike, Fabian y Dave.
El manifiesto de este trío -en el vídeo- ya fue visto on line más de 60 millones de veces y empieza diciendo:
Esta tu vida. Haz lo que ames y hazlo a menudo. Si algo no te gusta, cámbialo.
Y cumpliendo con lo que decían, abandonaron sus trabajos en plena crisis e iniciaron la aventura de Holstee, un éxito alque se han ido incorporando otros trabajadores y que dedica el 10% de sus ingresos a Kiva, un sistema de microfinanciación.
Vía Mashable.
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