Si esta crisis económica fue motivada por la burbuja inmobiliaria, hay quienes piensan que un nuevo tipo de casas puede servir para superarla, por eso apuestan por viviendas minúsculas, que en muchas ocasiones son ecológicas y transportables.
La abanderada de este movimiento es la arquitecta Sarah Susanka que con su libro The Not So Big House se hizo famosa por abogar por casas mejores, no más grandes.
En la actualidad en los Estados Unidos, donde este movimiento tiene más seguidores, hay diversos negocios dedicados a estas pequeñas casas, desde sitios de Internet con anuncios de compra y venta de mini viviendas a empresas que se dedican a diseñarlas y construirlas, pasando por quien ofrece talleres para aprender a construirlas y quien pone a la venta planos.
Las casas ya listas tienen precios máximos que no llegan a los 40.000€ y los planos cuestan entre 320€ y 800€.
Y tienen muchos clientes que usan a estas minúsculas viviendas como anexo de sus casas, para sus oficinas, como segunda residencia y también como vivienda principal.
Foto: gematrium/Creative Commons.
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