A menudo el emprendedor tiene claro que necesita una web, tarjetas, folletos y trabajar muchísimo para alcanzar el éxito. Sin embargo, con frecuencia olvida crear unas bases sólidas para lograrlo.
Por supuesto, esto incluye una denominación de marca que lo distinga y sea fácil de recordar y una adecuada identidad visual.
Pero hay cuestiones previas y más importantes. Una pregunta fundamental es:
¿A quién te diriges?
La respuesta habitual es a todo el mundo, pero rara vez este objetivo lleva al éxito.
En cambio los buenos negocios se dirigen a un nicho concreto: alimentos para quienes quieren cuidar la silueta, hoteles para vacaciones en familia, ropa para jóvenes, coches para los que les gusta conducir…
¿Qué ofreces?
Parece una pregunta obvia, pero a menudo los emprendedores no son capaces de contestarla con precisión, sobre todo cuando se trata de servicios.
¿Qué beneficios ofreces?
Todos compramos lo que nos beneficia, como la comodidad de un mando a distancia, el atractivo que nos ayuda a conseguir la ropa que nos favorece, el reconocimiento social que nos dan ciertas marcas…
Mejor por escrito
Responder por escrito a estas preguntas ayuda a reflexionar sobre nuestro proyecto, evita problemas y contribuye a su éxito.
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