Cuando Zapatero nombró a Ángeles González-Sinde ministra de Cultura, consiguió inmediatamente ponerse a toda la comunidad de internautas españoles en contra.
La nueva ministra es una defensora a ultranza de los derechos de autor, una declarada enemiga de las descargas realizadas por Internet y alguien que considerada innecesaria una mayor velocidad en Internet.