Algunos de los grandes éxitos de los negocios comenzaron al encontrar nuevos compradores y nuevos usos para productos que ya existían. Aquí tienes tres esclarecedores ejemplos:
Post-It: en 1968, un investigador de 3M intentaba conseguir un potente adhesivo, pero lo que obtuvo fue uno muy débil, que quedó en el olvido hasta 1974. Entonces, a un colega suyo se le ocurrió usarlo para crear un marcapáginas para el libro de himnos de su iglesia. En 1977, ya tenían listos los primeros prototipos y entre 1980 y 1981 una importante campaña publicitaria lanzó al mercado el Post-It que todos conocemos.
Kleenex: en 1924, Kleenex salió al mercado como un producto para quitar la crema de limpieza de la cara. Sin embargo, la gente encontró rápidamente otros usos para los Kleenex, especialmente como pañuelos. A partir de 1930, Kleenex empezó a anunciarse como pañuelos.
Avecrem: según Lluís Bassat, la decisión más importante que tomó Avecrem desde sus inicios fue pasar de ser un simple caldo a un condimento para todo tipo de comidas, incluso un sustituto de la sal.
Como ves, encontrar nuevos usos y nuevos clientes para tus productos requiere mucha imaginación, pero también saber escuchar a los propios clientes. En este sentido, el caso de Kleenex es muy significativo.
Piensa en estos casos y en tus productos, porque quizá, en plena crisis tengas en las manos una mina de oro, aunque no lo sepas. ¿Podrás descubrirla?
Fuentes: El libro rojo de las marcas, Wikipedia, Kleenex.
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Comparto totalmente la filosofía del artículo. No solo en épocas de crisis hace falta echarle imaginación al negocio, pero en estas fases la necesidad de ideas creativas se incrementa. La única forma de llevar las cosas hacia arriba es darle muchas vueltas a la cabeza, porque al final las ideas llegan.
Saludos!