El comercio electrónico puede salvar al servicio de Correos

Sellos

Igual que el automóvil acabó con el transporte impulsado por caballos, Internet está acabando con el tradicional servicio de correos en todo el mundo.

Como está sucediendo en los Estados Unidos donde su servicio postal está a punto de desaparecer, dejando en la calle a sus 574.000 empleados.

Es que Internet puede enviar más rápido y más barato muchas cosas que tradicionalmente iban por correo, como comunicaciones personales y comerciales, fotos, documentos, facturas o mailings promocionales.

Pero hay algo que Internet no puede transportar, pero Correos sí: paquetes.

Y esa puede ser la salvación para Correos y un gran impulso para el comercio electrónico.

Porque en el comercio electrónico los envíos pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Porque a menudo el coste del envío determina si un cliente hace o no una compra on line.

Pero en España no es fácil dar con un proveedor que ofrezca envíos rápidos y eficientes a un precio razonable.

Y esa es una de las razones que contribuyen a que las tiendas on line extranjeras vendan más en España que lo que venden los comercios electrónicos españoles en el extranjero.

Correos y el comercio electrónico

Pero, ¿puede Correos ofrecer este servicio a las tiendas on line españolas?

Por ahora no lo parece.

En primer lugar porque Correos no ofrece en su web ningún servicio especialmente destinado al comercio electrónico.

Más aún, Correos parece anclado en otro siglo a juzgar por lo que proclama su web:

La misión de Correos consiste en prestar un servicio Postal de acceso universal, con calidad y regularidad, a precio Accesible y eficientemente.

Aunque luego diga:

La visión del Grupo Correos es convertirse en un facilitador de envíos físicos y electrónicos entre empresas, particulares y la Administración Pública, gracias a su servicio postal, de paquetería y marketing directo de alta calidad y a sus productos, servicios y soluciones integrales, adaptados a los diferentes segmentos de clientes, logrando la sostenibilidad económica.

Pero, hoy por hoy el servicio deja mucho que desear.

Por ejemplo, hace unos días hicimos una compra en una tienda online de Inglaterra, ésta nos la envió a través del Royal Mail, es decir el correo británico, y hasta ahí la cosa funcionó. Ya en territorio español comenzó a retrasarse hasta llegar a manos de un cartero que ni siquiera tocó el timbre y se limitó a dejar un aviso de llegada, algo que no es la primera vez que nos ocurre.

Una enorme infraestructura

Sin embargo Correos cuenta con una infraestructura impresionante:

  • 10.000 puntos de acceso.
  • 2.360 oficinas multiservicio.
  • 100 unidades de servicios especiales
  • 1.837 unidades de reparto.
  • 7.402 servicios rurales, integrados por 795 oficinas auxiliares y 6.607 enlaces rurales.

Lo que debiera permitirle ofrecer un servicio de envíos muy competitivo que impulse al comercio electrónico español, haga viable a su empresa, manteniendo así casi 62.000 empleos y ayudando a crear otros muchos en tiendas on line.

¿Serán capaces sus reponsables de aprovechar esta oportunidad?

¿Te gusta este artículo?

Entonces suscríbete a nuestro boletín y recibirás gratis información premium para tu negocio y ofertas exclusivas.

4 comentarios en «El comercio electrónico puede salvar al servicio de Correos»

  1. Yo creo que cada día se facturan miles de paquetes en nuestro país, entre Correos y el resto de empresas, Correos se lleva una gran parte del pastel. Además todos los organismos oficiales y empresas siguen enviando grandes cantidades de documentos a través de dicho medio. La factura electrónica ni siquiera sustituye a la de toda la vida.

  2. Yo también creo que cada día se facturan en Correos miles de paquetes de los que un mínimo porcentaje corresponde al correo electrónico. Mientras que la mayor parte de su negocio se debe a la burocracia, a lo que envían organismos oficiales y a facturas que están obligadas a enviar grandes empresas. En defiinitiva que Correos es capaz de satisfacer necesidades decimonónicas, pero ya estamos en el siglo XXI.

Deja un comentario