Ayer vimos una antigüedad: dos señores que hablaban sin escuchar. Dos señores que en el siglo XXI, cuando las comunicaciones son de tú a tú, se aislaron del resto de la sociedad para escucharse a sí mismos.
Todo estaba controlado.
Nadie podía acercarse.
Ni siquiera los periodistas.
Los ciudadanos estábamos muy lejos y los políticos no querían ni siquiera escuchar nuestras preguntas ni ver los miles y miles de opiniones que corrían por Twitter.
Mientras muchas empresas llevamos tiempo embarcados en el diálogo con los ciudadanos, en la comunicación entre personas, nuestros políticos no van más allá de un monólogo a dúo.
Mientras las empresas estamos en la comunicación 2.0, e incluso 3 o 4.0, Rajoy y Rubalcaba, Rubalcaba y Rajoy protagonizaron un debate 1.0.
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