En tiempos difíciles como el que vivimos es fácil deprimirse, dejarse vencer por el desaliento, caer en la inacción. Pero siempre hay gente que tiene que enfrentarse a realidades más duras todavía. No se trata de consolarse con el mal ajeno, sino de aprender de su iniciativa y valor.
Hace muy poco Chile vivió una terrible catástrofe: un terremoto acompañado de grandiosos tsunamis que barrió a este estrecho país. Todavía se repiten las réplicas, que son en realidad poderosos terremotos.