Ir contracorriente, rompiendo todas las reglas, es arriesgado, pero en ocasiones puede ser muy rentable. Así lo demuestra Jon Rimmerman, más conocido como Garagiste, quien factura anualmente entre 25 y 30 millones de dólares -aproximadamente de 19 a casi 23 millones de euros- vendiendo vinos solo a través del correo electrónico.
En estos tiempos de Internet y globalización la competencia puede aparecer donde menos la esperas. Y sino, que se lo cuenten a quienes se dedican al negocio del vino que ya se han enfrentado a la competencia de países emergentes -como Chile, Argentina o Australia- y que ahora tendrán que enfrentarse a Amazon y a…China.
Hace poco os contábamos que los camiones que venden comida y que son tan populares en los Estados Unidos, los food trucks, ya llegaron a Francia. Hoy nos ha llamado la atención el proyecto de La Gramière, una interesante evolución de este concepto.
Sí has leído bien, el sumiller semántico existe y es una aplicación que permite incluso a quien no sabe nada de vinos, encontrar el caldo más adecuado para cada ocasión usando su ordenador o smartphone.
Son muchos los responsables de pequeñas empresas cuya clientela habitual está muy cerca -en el barrio o en el pueblo- que creen que Internet no les puede servir para vender más. Pero se equivocan.
Atender a necesidades especiales puede ser muy rentable, especialmente en épocas de crisis. En el sector de la alimentación, cada vez hay más empresas que lo entienden así. Recientemente hablábamos de los restaurantes madrileños que ofrecen un menú especial para celíacos. Hoy queremos llamar la atención sobre las bodegas que producen vino kosher. Pero, ¿qué es el vino kosher?
